Restaurante 7 Portes // Barcelona











La bienvenida a la nueva edición del 'Llibre del coc', publicado por primera vez en 1520 en Barcelona y 'best seller' con ¡17 ediciones! cuando el analfabetismo era plaga, fue un acontecimiento sellado en el 7 Portes –abierto en 1836: garantía histórica– con platos inspirados en el recetario que el 'mestre' Robert pensó para el rey de Nápoles.

Fue el primer libro de cocina impreso en la península ibérica, tatatatararabuelo de los millones que se han editado después.

Hablaban los doctos (Paco Solé Parellada, Antoni Riera, Joan Santanach, Toni Massanés y Jordi Portabella) y las viandas llegaban a la mesa imperial con su carga arqueológica, según la visión del cocinero Jaime Pérez Sicilia y el consejo del legendario Josep Lladonosa.
El 'broet de madama' con hierbas y jengibre (y galanga en la receta original, la número 81 del libro) obligaba a meditar en qué momento las raíces asiáticas desaparecieron de nuestra dieta para volver cientos de años después como 'global food'.

La lubina con cebolla escalfada, aroma de pimienta y naranja señalaba el atrevimiento del cítrico.

Y la pularda con almendras, la importancia de la picada y su singularidad de futuro.

La reflexión inmediata era que en el 2019 cualquiera podía comer como un rey del siglo XIV.
La conquista social consiste en tomar caldo, pescado y carne cada día. Y, de postre, naranjas de Xàtiva (buñuelos).

La alianza entre 7 Portes, la editorial Barcino y la Fundació Alícia –y los maravedís de la Fundació La Caixa– sirve de voluntarioso impulso de la colección de recetarios de la cocina catalana, cuyo propósito es alcanzar los 50 títulos.

Tras el estudio del 'Llibre del coc' se concluye que el rey al que el (desconocido) 'mestre' Robert agasajaba era Ferran I (dudas entre dos Ferrans), que el azúcar pasaba de moda, que es un recetario fronterizo entre la edad media y el renacimiento y que el arroz al horno es un plato inmortal.




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