Restaurante Arzak // San Sebastián



Arzak, qué gran casa. Admirable longevidad, e inconformismo. Aquí el laurel se usa para cocinar y no para coronar.

Como dice Elena Arzak, los platos son "menos llamativos", lo que está muy bien. Cuanto menos artificio/artefacto, mejor.

Bogavante (qué buen punto) con telar de puerros y plátano.
Carabineros (qué buen punto) con algas crujientes.
Pichón asado (qué buen punto) y setas.
Chocolate, café y avellana en proporción áurea: qué buena idea.

Y el inconmesurable placer de unos chipirones en su tinta: ruptura del discurso vanguardista con esta pintura negra.





























Comentarios

Entradas populares de este blog

Restaurante Claris 118 // Barcelona

La guía Michelin quiere ser The World's 50 Best Restaurants

Desnudos y exhibicionistas: unas palabras sobre el 'food porn'