Restaurante Naparbcn // Barcelona
















[Este restaurante ha cerrado]




Naparbcn
Diputació, 223. Barcelona.
T: 93.408.91.62.
Precio medio (sin vino): 30-40 €.
Menú de mediodía: 19.50 €.




Capital de la birra




Hace casi un año que el cervecero catalanobelga Sven Bosch fue en busca del cocinero Miquel Aldana, vecino del Maresme y jefe de Tresmacarrons, para liarlo en un proyecto que por fin ha tomado cuerpo: la cervecería gastro Naparbcn.

Sven y sus socios de la cervecera Naparbier, con sede en Noáin (Navarra), ya habían abierto los grifos de Biercab, en la calle de Muntaner, bar con más premios que un gran danés de concurso. En definitiva, gente que ha contribuido a dar espuma –crema– al nombre de Barcelona.

Según Miquel, Naparbcn se encuentra “en la milla de la cerveza”, en la calle de Diputació, cerca de Brewdog Bar, Mikkeller Bar y Garage Beer Co.

La ciudad es una capital de la birra artesana y los locales crecen como las levaduras. Del consumo clandestino, al masivo, un fenómeno que comparte similitudes con el del vino natural, aunque con más pasión y litros.

Hay en las nuevas generaciones, entre minorías cultivadas, una forma de resistencia orgánica, un regreso a las manualidades. Un negocio da paso a otro negocio.

Pregunto a Miquel si lo artesano está a punto de secarse: “No es una moda. Es una realidad. Hay público suficiente. Son locales que trabajan”.
Pregunto a Sven a partir de cuántos miles de litros lo artesano deja de serlo: “Nosotros hacemos 300.000 y en el 2017 esperamos llegar al millón. Lo importante es qué ingredientes se usan. Las cervezas industriales buscan vender. Nosotros buscamos el placer”. El debate desborda los vasos.

En noviembre, el Tresmacarrons, el restaurante de Miquel en El Masnou, fue tocado con la varita de Michelin y las reservas los inundaron como una riada.

El cocinero ha tenido que encontrar tiempo para diseñar la carta de la supercervecería –cuya decoración parece antigua pero solo existe desde hace cinco minutos–, que funcionará como fábrica y dispone de siete tanques de fermentación y 12 tiradores.

Bebo tres copas: una agradable pils y una contundente porter. Me quedo con la de en medio: Napar insider, con suficiente amargor y notas de cítricos. Lo cierto es que sé poco de esto y que me lío con los nombres y los estilos.

El hombre de Miquel en la cocina es Óscar Mateo y el hombre de Sven en la sala, Enric Hidalgo.

La ostra escabechada es un monumento. La croqueta redonda de ibérico está rica y el caramelo de aceituna de despega del fuagrás (algo sencillo de solucionar).
El tartar de ventresca de atún con naranja y miso engancha, así como el arroz con gambas y alcachofas. El canelón de pollo, con bechamel y jugo es prodigioso.
Para arder en el infierno, la mousse de chocolate con helado a la pimienta.

“Es el primer restaurante gastro dedicado a la cerveza”, concluye Miquel.

Tiene ambición, se presenta en la ciudad, cocina para un público joven, desprotocolarizado y experto en ale, lambic y stout.

Si Madrid era la capital de la gloria, según los cuentos de Juan Eduardo Zúniga, Barcelona es la capital de la birra.







Atención a: la zona, el llamado Beerxample.
Recomendable para: los exploradores cerveceros.   
Que huyan: los de chato de vino.







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