Jugarretas gastro // Cuando el lenguaje es tramposo
Algunas etiquetas parecen escritas por el embalsamador del faraón: la lista de aditivos es interminables.
Otras, por el bufón de la corte: darían risa si no es porque ocultan jorobas y deformidades. Recojo ambigüedades y chascos, jugarretas publicitarias, discursos pretenciosos.
Llega al buzón un flyer de pizza a domicilio. Distinguen tres de ¡autor! Provola affumicata, De capra, Genovese. Autor, ¿qué autor?
Compro un queso de Mahón. «Semi artesano» (*). ¿Por qué no semi industrial? Intento comprender. ¿No será que es semi... curado y completamente artesano y al unir los dos términos han compuesto un indeseado engendro?
En un despacho de pan congelado –y descongelado– enfundan la barra en solemne color negro: «Baguette gran reserva». Aciertan: ¿cuánto tiempo habrá estado bajo cero?
En la mesa, sobre una base, un cartón con anuncios de masas: crujicoques gourmet. Toma castaña. Todo lo que se apellide gurmet o premium y haya sido escrito sobre negro merece una preventiva desconfianza.
Abriéndonos paso por el lenguaje mixtificado en busca de ingredientes limpios, sin adornos.
(*) No recordé, al escribir esto, que algunas empresas de congelados venden platos "artesanos".
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