Restaurante L'Artesana // Barcelona
















L'Artesana
Sant Joan de Malta, 150. Barcelona
T: 93.002.20.39
Precio medio (sin vino): 20 €
Menú de mediodía: 12,50 €




Algo bueno se incuba en Poblenou



Intención ya desde el nombre: L'Artesana de Poblenou, en recuerdo de la cooperativa fundada en 1876 y desaparecida en 1994. Este restaurante la reivindica con el logo, la colaboración (tres socios: Pau Pons, Héctor Barbero y Romina Reyes) y los precios populares, con un menú de 12,50 y una media de carta de 20 euros (sin bebida). Los bolsillos de los ciudadanos son ya tan estrechos que muchos dirán que asequible es una hamburguesa a 1 euro y yo responderé que la naturaleza de lo que emplatan aquí equipara aquella birriosa carne de 'fast food' al carbón.

Con aire de bar de desayunos, nada predispone a pensar en la pequeña grandeza del interior de este espacio doble -con la cocina en medio tras una gran ventana-, pero me atrevo porque me fío de las facultades de Pau (ex-Gresca) y de Héctor (ex-Monvínic), lo que me lleva a dejar el prejuicio atado, como un perrillo salchicha, en la puerta.

Entra a matar Romina con una carta de vinos naturales que debería dar que pensar a los sumilleres engolados. Solo la página de recomendados reúne 10 botellas. En la mesa de delante comen dos obreros con mono, en armonía con el espíritu de L'Artesana del siglo XIX, y, a un lado, un hombre encorbatado, y me pregunto quién de ellos beberá el sugerido Le Temps Retrouvé, un syrah de Languedoc-Roussillon.

Tremenda comida en la que mezclo platos del menú y de la carta. Abrebocas de milhojas con hierbas para pasar el rato. Correcta croqueta, algo blanda, de rustido con caldo de jamón.

Paciencia: lo bueno llega con los siguientes pasos. La caballa en escabeche -en una ensalada con patata, cebolla y crema fresca (¡a lo Gresca!)- está de rechupete, y estaría mejor con más pescado.

El 'rösti' de patata, bacalao y yema es un platazo: con aspecto de huevo frito, lo amarillo está arriba y lo blanco, oculto. Al romper se mezcla todo. ¿Cómo ha llegado la inspiración? «A partir de un plato de Pierre Koffmann», cuentan. Koffmann, cocinero francés afincado en Gran Bretaña, dejó para la historia unos 'peus de porc' bien paseados por los cocineros de varias generaciones.

Bebo con mucho gusto el sumoll ParaRoques, de L'Apical, y la garnacha blanca de Grenache d'altitude, de Maison Albera: me quedo con el primero.

El placer continúa: papada con navaja y salsa 'teriyaki', aunque lo dulzón del preparado japonés perjudica el conjunto. Mejor un jugo de carne.

Tira-tira. Más-más. Terrina de cordero, encurtidos y tabulé: un lujazo del menú de mediodía.

Doy el golpe final a mi estómago con los callos, picantes, y buenos-buenos, de palmarés. «Flojeamos en los postres», admiten. Lo resuelven con la tostada, cubierta con chocolate, aceite y sal.

Cuando escribí en el 2011 sobre La Forquilla, a pocos metros de L'Artesana, titulé: 'Nueva cocina de barrio'. Este restaurante refuerza esa idea, y más desde la descentralización del Eixample y lo pujante de barrios como Poble-Sec, Sant Antoni y Sants. Los conocedores auguran mucho futuro a Poblenou, con los hermanos Torres en lo alto, donde algún 'aristochef' ha echado un ojo, y clavará el tenedor.

Sin bola de azúcar soplado es difícil adivinar el futuro: el anhelo es que en el de L'Artesana haya brillo.




LO+

Cocina juiciosa y atractiva, incluso en los platos del menú de mediodía.

LO-

El local, muy raro, con dos puertas y dos espacios, y la cocina en medio.







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