Para desnudarse no hay que quitarse la ropa. La intimidad ha sido violada por cada uno de nosotros. Hemos renunciado a lo privado: somos exhibicionistas con gabardina ante las puertas del mundo. Las redes sociales –en las que reina la gastronomía con plumas de pavo real– nos han penetrado hasta el tuétano. El primer impulso es pensar que somos activos –obsesivos– en busca de la gratificación inmediata. Colgamos una receta o la foto del plato de un restaurante a la espera de la reacción instantánea de los seguidores. Chuchos con la lengua fuera reclamando el premio. ¿Dónde está mi galletita? Si las adhesiones – me gusta , retuits, likes —no llegan, ¿qué hay que pensar? ¿Somos impopulares? ¿No atinamos con los gustos? En el futuro se adivinan sesiones de terapia para desamparados. Las redes son tam-tam de solitarios. Saciados de que nos rasquen la cabeza, de las alabanzas, con el yo masajeado y obeso, saquemos provecho de las millones de aport...
La paella de Su Diagonal, 436. Barcelona Arroces: entre 16,50 y 20,50 € La paella de Su, en el número 436 de la Diagonal, es nueva en la plaza: en septiembre hará un año de la apertura, aunque no de la actividad, fracturada por el coronavirus. Susi Bernat –Su– y Santiago Mónaco explican que hasta el fatídico marzo iban multiplicando clientes. El desánimo no es su credo, aunque sí la resurrección: ambos fueron interioristas en Sitges y Valencia y han hibernado la empresa para dar mecha a este negocio. Comparten sustantivo con el antiguo trabajo: restauración. Las mesas, por ejemplo, las ha hecho Santiago con restos de parquet y azulejo. Restauración es, al fin y al cabo, reparar, espíritus o sillas. El porqué de la transfiguración es una historia frecuente: Susi preparaba paellas los domingos para amigos devotos; Santiago quería llevar a lo público ese triunfo privado; un arroz ominoso tomado en Rambla de Catalunya los decidió a mostrar las habilidades. Susi es ahora cocinera, a la...
Bo de Bernat Comte d’Urgell, 27. Barcelona Tf: 934.067.542 Precio medio (sin vino): 12-15 € El chef filipino que borda la cocina catalana en Barcelona Algunos de los mejores platos de cocina catalana en Barcelona, y a un precio de risa, salen de las manos de una familia de filipinos, con Bernardo Dalisay a la cabeza. Lo he escrito alguna vez: la hipérbole es gastronómica, y no creo que haya aquí exageración, aunque sí grandes dosis de simpatía. Bo de Bernat se llama el sitio, a poca distancia del Mercat de Sant Antoni, a cinco minutos a pie de Can Vilaró y a la misma distancia del Gelida, en una virtuosa carambola a tres. Esta crónica homenajea también a la legión de cocineros filipinos que pueblan las cocinas barcelonesas, de cuyas habilidades se desconfía con paternalismo racista, como si el canelón o el 'trinxat' no se pudieran aprender y la transmisión fuera genética. Lo digo ya: es posible que quien salve el repertorio clásico del bar a la c...
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