El restaurante de la semana: Anònim








[Este restaurante está cerrado]


Las ciudades tienen poca memoria gastronómica. ¿Qué platos conforman el recetario de una urbe cuando está construida sobre el aluvión? Y no me refiero a la contabilidad histórica sino a la contemporánea.

Uno de los platos olvidados lo cocinó muchas veces Juanjo Carrillo cuando era el segundo de Folquer, el que fuera restaurante de Quim Hernández (Comiols) en Torrent de l'Olla, en la República de Gràcia, Barcelona.

Patatas, queso brie, butifarra. Capas grasas y amorosas, construcción calórica que se asentaba en el fondo del estómago como una ciudad perdida anegada por el pantano. Era muy bueno. Lo he vuelto a probar en Anònim (Riera de Sant Miquel, 19, Barcelona). Lo he vuelto a recordar en Anònim. Debería llevar un asterisco * con una explicación, como las ruinas romanas.

Los nuevos arqueólogos del paladar tendrían que comenzar con el listado.

Anònim, #kocinaurbana, esos entretenimientos que manejan los nuevos chefs, no se sabe si por gusto o necesidad.

El langostino rebozado, la lata con fuagrás, el pastel de patata, el atún con sofrito agridulce.

Juanjo y Marcela marchan a Bogotá, esta es la crónica de una despedida. También el testimonio de un cocineurista, la lucha por permanecer cuando el suelo tiembla cada fin de mes.








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