Muerte y resurrección de Bocuse en medio día




Rosa Rivas lo ha perdigueado y lo explica con detalles:

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/05/actualidad/1338916899_534870.html


Twitter puso al octogenario Paul Bocuse bajo la cruz de la T y lo dio por muerto y enterrado. Si esperan un poco más la biología les dará la razón: el cocinero tiene 86 años. Antes o después será verdad.

Algún periodista profesional con una guindilla en el culo quiso ser el primero en vocear la luctuosa primicia y hoy sigue escociéndose. No es culpa de twitter: es culpa de los periodistas pésimos. Twitter da prisas, embriaga y acelera y, por tanto, invita a ser peores, menos cautos, más kamikazes. Pero continúa siendo nuestra responsabilidad que lo escrito no sea vómito o vertido.

¿Y Wikipedia? Padece los mismos defectos que la red social: la urgencia y la disipación de la responsabiliad y el rigor. La premura sin necesidad. Porque, ¿era imprescindible dar la puntilla a Bocuse sin estar al 100% seguros? Estuvo en coma digital durante medio día, sin que ningún editor se acercibiese del error. ¿Y después? ¿Disculpas, explicaciones? El silencio. Infantilizados, ocultos, irresponsables, anónimos, nadie sabe nada. Yo, he sido yo, y doy la cara. Ocultos tras la masa.

En la era del periodismo fast (food) hay que deslizarse hasta el slow.
Información sólida y escritura excelsa.
Sí, es ir a contracorriente en tiempos del acelerador de particulas.
De no ser así, será la Wikipedia quien escriba nuestra necrológica. Y a lo mejor esa vez no yerran.




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