Posguerra



Ayuda.


ROSARIO. El taxi es un Mercedes, al entrar me recibe la Cope: no quisiera escribir sobre el tópico. El chófer lleva un anillo grande y un pendiente diminuto. Sentado atrás, a la derecha, veo los dos rosarios que cuelgan del taxímetro. ¿Por qué las sartas de cuentas enlazan ese aparato y no están suspendidos del retrovisor, como hacen otros devotos? Espero que no obren sobre el taxímetro, alterando el precio final.


CRUZ. Llevamos unos minutos de viaje y, sin motivo, el hombre se persigna tres veces. Lo vigilo por si sigue una pauta. De ser supersticioso, ¿no debería hacer el gesto de la cruz al comenzar el turno en busca de protección? Mientras aguardo la señal, observo el interior del vehículo. Sin aire acondicionado, la temperatura es infernal. Una foto de Juan Pablo II: va con dos papas de retraso. Más imágenes a la izquierda y colgadas del llavero. El hombre ya no vuelve a signarse, sospecho que antes lo había hecho como un tic o acto reflejo. Ha sido un profesional amable, no ha intentado adoctrinarme. Y, sin embargo, me apeo con desasosiego. Es por los símbolos, tan dominantes.


FARAÓN. El Valle de los Caídos también es un símbolo. Del dolor de los presos que el faraón Franco esclavizó. El Gobierno del PP aportará casi 300.000 euros para restaurar la basílica donde está enterrado el megalómano. Que caiga de una vez y quede sepultado, además de la losa, por millones de piedras. Eso también sería un símbolo, una tumba megalítica.


COQUETEAR. Lo peor del coqueteo del Gobierno con la memoria franquista es que a ellos no les parece anómalo, sino correcto, normal, sí, está bien, ¿no?, ¿pasa algo?, esas palabras o expresiones que uno dice apretando los morros y levantando los hombros. La delegada del Gobierno en Catalunya, María de los Llanos de Luna, entregó un diploma a la División Azul, algo correcto, normal, sí, está bien, ¿no?, ¿pasa algo? Lo desesperante es eso, que a ellos les parezca que no pasa nada.


POSGUERRA. Vivimos una posguerra. Y si fuese verdad, si este tiempo fuera de posguera sería esperanzador porque querría decir que ha acabado la guerra.


CONSERVADOR. “El Tribunal Constitucional da un giro conservador”. Pero ¿alguna vez fue progresista?


GINTÓNIC. El bar del Congreso de los Diputados servirá los gintónics a precio de mercado, sin la rebaja espectacular con la que tentaban a sus señorías. Hubo jaleo mediático con esa ganga alcohólica entre 3,15 y 5,05 euros y el presidente del Congreso, Jesús Posada, deshizo los hielos. La pregunta es: ¿por qué permiten la venta de bebidas de alta graduación en un espacio institucional y simbólico –otra vez los símbolos– donde deberían dar ejemplo? Espero que ningún diputado vaya metiéndose lingotazos antes de una sesión. Que sus señorías reserven el momento pedete para la intimidad.


CIELO. “Yo soy el milagro”, dijo Aznar. Entre luces [Gürtel pago “materiales de sonido e iluminación” de la boda Aznar-Agag, según El País] subió a los cielos.






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