Romain Fornell mete Caelis en la maleta y lo lleva a Ohla Hotel










El cocinero Romain Fornell hace las maletas para viajar de hotel a hotel, de El Palace al Ohla de Via Laietana: “Traslado Caelis”.

¡Notición para los amantes de las intrigas gastro! Son solo 600 metros de distancia a pie, pero media vida: hace 17 años que defiende la bandera palaciega.

El restaurante, con una estrella, encontró cobijo en El Palace en el 2001 –entonces, Ritz–, cuando pertenecía a Husa, establecimiento ahora en manos del empresario Ali Haddad.

¿Fecha del movimiento estratégico? “No está decidida”, ha explicado el chef nacido en Tolouse, nieto del señor Ricardo de La Coma i la Pedra.


Caelis saldrá de El Palace –ya lo ha comunicado a la Michelin, ¡que lo recoge en la nueva edición!– pero Romain está dispuesto a permanecer: “Me quedan cinco años de contrato”.

¿Qué significa? “Que Caelis se va, pero negocio con la propiedad de El Palace qué hacer en el espacio”. Es decir, que donde reinó Caelis resista, por ejemplo, un bistrot. O, sencillamente, que se pongan de acuerdo, rescindan el contrato y Romain entregue las llaves.

Fatima Soler, subdirectora de El Palace, responde por correo: “En su momento y en el plazo establecido se comunicó al restaurante Caelis que a final de año acababa la relación que tiene con nuestro establecimiento”.

Los dueños del Ohla están acostumbrados al calor de las estrellas: en el hotel de Via Laietana alojaron el Saüc de Xavier Franco –relación que terminó mal– y en el del Eixample el Xerta de Fran López acaba de ser tocado con la varita de la guía.


Pronto sumarán el Caelis a esta Via Láctea de bolsillo: “Alquilaré los espacios de restauración”.

Romain ultima para después de Navidades la reapertura de Casa Leopoldo con Òscar Manresa, con el que comparte Joëls’s Oyster Bar y aventuras pasadas, como aquella de terciopelos y gintónics en los bajos de El Palace. Como sucede con la mayoría de proyectos, la buena voluntad tropieza con las obras. La rehabilitación del rabo de toro tendrá que esperar.

Adiós, macarrones con bogavante. Se derrite el cubo de hielo con vichyssoise y caviar: “Me hace ilusión recomenzar. Escoffier tenía sentido en El Palace. Haré una propuesta más contemporánea sin perder el toque francés”. Entonces, 'bon voyage'.








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