Le falta un tornillo


(*)



Una mujer será indemnizada por Carrefour, según los jueces, al haber encontrado un tornillo en la masa de una pizza, sin que ese adminículo formase parte de la lista de ingredientes.

Buscar en internet otros aditamentos extraños en la comida es hurgar en el cubo de la basura. Esas imágenes son las cicatrices de la civilización: un cuchillo metido  en un bocata de una cadena de fast food (es lo que se llama un aliño afilado) o un roedor en una lata de refresco para burbujas con dientes.
Puede que esas asquerosas recopilaciones sean falsedades de bromistas con tiempo o una denuncia de las oscuras tripas de la industria.

Lo más raro que he mordido ha sido una patata frita con el perfil de Elvis. Y he visto faltas de ortografía en la sopa de letras.

Cualquiera que halle un extra indeseado pensará con razón que corre peligro, aunque las mayores amenazas están entre los componentes legalmente admitidos.

Un tornillo en una pizza es alarmante, si bien deberíamos pensar en cómo nos afecta la ferretería de conservantes y antioxidantes (*) con los que untan la margarita, la carbonara o las cuatro estaciones, ya marchitas.



(*) La porción de la imagen es de jamón y queso.

Pizza fresca (¿eing?) cocida al horno de piedra
Plato preparado precocinado


Ingredientes:

Harina de trigo
Mozzarella (20%)
Jamón (16%)
Agua
Tomate
Aceite de girasol
Sal
Dextrosa
Estabilizadores (E-451i, E-407)
Especias
Aromas
Lactosa
Orégano
Levadura
Antioxidante (ascorbato sódico)
Conservador (nitrito sódico)

Sin tornillos







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