Cinco cosas que no hay que hacer en una coctelería



1. Aceptar un gintónic. La gente lo ignora, pero tras la burbuja del gintónic –que sigue a la inmobiliaria– está Lehman Brothers. Con otros agentes del mal se han organizado para narcotizar a la población con el trago largo. Una vez borracho, le sustraerán lo poco que le queda. El raf  –la bebida, no el tomate– es un potente contraveneno.

2. Llamar barman o coctelero al que mueve la macara metálica. Al parecer, y sin que entendamos por qué, les agrada más bartender o artistas de la mixología. Lo de la mixología se refiere a la mezcla, bastardismo de mixology. Aunque se parezca, no confundir con micciología.

3. Pedir la bebida en un vaso de tubo. El bartender pensará que sirve a Marianico El Corto (el del Gobierno, no; el otro).

4. Exigir unas tijeras de podar. Hay que abrirse paso con las manos en la selva de ramitas y hojas que coronan los cócteles.

5. Discutir con el barman sobre si la coctelería es una tapadera de empresas de bebidas raras para garantizar su existencia. Sin esos lugares, ¿dónde colocarían los brebajes verdes, lilas o rojos los fabricantes de Chartreuse, Pernod, Marrasquino, Benedictine, Angostura, Amer Picon, Amaretto, Anisette, Granadina, Kahlúa o el apoteósico Tía María?







Comentarios

  1. Con esto articulos,podrias editar un libro,tipo los monologos de BUENAFUENTE. Es que son para
    partirse la caja!Ya era hora un poco de humor en este panorama tan triste.
    Saludos
    MIRKO

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  2. y las sombrillas multicolores? y los palitos con animales en el extremo y los hielos con formas y ...

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  3. Añadir que el Gin Tonic en algo más que una bebida a compartir con los amigos o pareja. El Barman, se ha convertido en el profesional del sector que en ocasiones actúa de profesor de coctelería, dando instrucciones exactas de sus pasos a esos comensales iniciados. También escucha los sabios consejos de su cliente avanzado mientras le observa el movimiento de manos para que no se deje nada o cuando le cuenta las majestuosas hazañas de compañeros de profesión preparando los GinTonics en sus respectivos puestos de trabajo. Digno de escuchar para poder convertirte en cliente y ser como jubilados mirando las obras y dando ordenes al pobre operario que lo único que tiene en mente es la ca mad de trabajo que le queda…
    Joan

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