Restaurante Eclèctic // Barcelona
[Este restaurante ha cerrado]
Eclèctic
Sagués, 16. Barcelona.
T: 93.315.70.87.
Menú mediodía: 14 €.
Menú degustación: 25 y 39,50 €.
El ilusionismo
A mitad de servicio,
Sergio Musso, jefe de sala y pastelero de Eclèctic, explica que es mago.
No
comprendo: “Sí, sí. Soy mago”.
Serjo Magic es el nombre artístico. La magia unió
a Serjo con el cocinero Francesc Chicón, ex profesor del CETT, que ahora
aparece en escena, hop. “Cuando un día falló la persona que lo ayudaba, fui yo.
Pero me mantengo oculto. El público no me ve”. Reproducen ese patrón en el
restaurante. Ante el público, Sergio.
El ilusionismo les ha
permitido viajar: recuerdan las actuaciones en China y cómo su gastronomía ha
influido en Eclèctic.
El nombre y las intenciones del restaurante nacen del
movimiento, del viaje, de aquí y de allá, de la Argentina de Sergio y de la
Andalucía familiar de Francesc.
“Queríamos huir de corsés. Podemos trabajar tanto
lo hiperclásico como la cocina moderna”, descubre el cocinero. “Sergio me va
pinchando. Yo soy más conservador”.
El fallecido Joan
Llobet (Chicoa) tenía habilidad con las cartas y Gang Li (Río Dragón) también recurre
a la proximidad para los juegos de mano.
Lo de Serjo es otra cosa: “Un solo
número con mucho componente teatral”. Y muy caro. Lo que podía invertir en un
nuevo espectáculo ha ido a Eclèctic, que cuenta con otra socia, Loli, madre de
Francesc, que recibe a la entrada.
Los dos mejores platos
que tomo, postres aparte, son el espeto de sardinas y el matambre de cordero
relleno de calçot. ¡Podrían haber
sacado un conejo!
El matambre está muy bueno y en interesante compañía:
berenjena escabechada, berenjena escalivada y la humita de maíz.
El espeto es un plato
de prestidigitador. En una mini parrilla, las sardinas y, debajo, las falsas
brasas y el carbón de yuca. El punto de los pescaditos es perfecto y los
aditamentos ayudan la hipnosis: estoy en una playa malagueña.
¿Qué pinta este montaje
aquí? Los inquisidores dirían que no toca, que si las tierras, que si las
arenas, que si lo pretencioso. Amargura y bla-bla-bla.
Sergio da abundante
información: sobre los aceites o sobre el vino, Finca Moncloa 2011. Lo ayuda
una chica, una camarera en prácticas de Fundació Surt.
Le gusta enseñar el
oficio. Él es a la vez maestro y aprendiz. Al acabar el pase irá a una clase en
Hofmann.
El dado de bacalao
está tierno (le sobra el bizcocho de tomate, seco), el cebiche de corvina ha
sido cortado adecuadamente (la bola helada de fruta de la pasión debería ser
granizada para que se deshiciera) y la sopa cremosa con vieira y langostino cumple.
Actúa Sergio con los
postres, ambos arriesgados y buenos. Crema de gorgonzola y de nueces con apio:
no se le va la mano con el queso. Bizcocho de remolacha, perlas de limón
(tapioca infusionada) y mousse de
lichis. No son ejercicios para mancos.
Este primer año ha
sido complicado. Duro. Desconcertante. Ilusionante. Ilusión es la palabra con la que tendrían que entrar los comensales
en los restaurantes.
Atención: a la
nostalgia porque aquí estuvo La Mifanera.
Recomendable para: los que buscan una oferta
diferente en la Diagonal.
Que huyan: los de “solo como lo de aquí”.
Visualment l'espeto" es brutal...!!!
ResponderEliminarEl més important és que les sardines estaven bones.
ResponderEliminarEs clar!!! Evident... Però com no les he probat, parlo per l'imatge...que també sedueix..
ResponderEliminarConfio molt en el teu criteri... Ets el meu referent!!!
Massa responsabilitat!
ResponderEliminarEts en Guardiola de la gastronomia!!!
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