Beeeeeeeeeeee // #CuentoTallaS
Salero. Germán era un hombre con grandes frases que jamás había pronunciado. Se vanagloriaba de decir siempre la verdad y eso era ya una mentira. Ante los demás fingía unas ingeniosas y abultadas respuestas que en realidad había meditado, e incluso escrito, incapaz del salero, la heroicidad y la velocidad de respuesta de la que se envanecía. Axila. A la hora de comer, momento que compartía con tres compañeros en un restaurante económico, explicó cómo paró los pies a un hombre rudo que se coló en la irritante fila del hipermercado. El individuo era un barril con roderas bajo la axila del tamaño de tapacubos y brazos como patas de hipopótamo. El tipo irrumpió al principio de la cola formada por tantos carritos como vagones en un tren de mercancías. Cargaba latas de cerveza esposadas con cepos de plástico. La acometida fue recibida con murmullos, pero nadie se atrevió a alzar la voz. Según su versión, él salió de entre los borregos para enfrentarse a la bestia. Le habló con la