Traslado del muro de Berlín
Asco. Lo que queda del muro de Berlín. MURO. El muro de Berlín no ha caído. Lo han trasladado más al sur. CAPATAZ. Angela Merkel está al frente de la obra. Los operarios son griegos, portugueses y españoles. Es una capataz inflexible. Cuando se enfada, los mofletes se le asalchichan. Las condiciones son pésimas: trabajo físico, mal pagado, muchas horas, despido arbitrario y el grito de la jefa –“incompeteeeentes”, “vaaaagos”– perturbando la producción. Aquella Alemania del Oeste que rescató al Este de la herrumbre del comunismo y le dio brillo de acero a Berlín se desentiende de este sur donde sospechan que los ciudadanos vermutean y levantan aceitunas rellenas antes que cualquier peso. Cómo se equivocan: la gente curra y curra y curra, mientras los alemanes jubilados vermutean y levantan aceitunas rellenas en Mallorca. GAS. Nuestros jubilados tienen que conformarse con el agua con gas, esa ficción de algarabía y burbuja, el placebo...