Entre las muchas monomanías, la de de leer las etiquetas. Es literatura gótica: da miedo. Frankenstein y su cuerpo a pedazos. Esta dos imágenes son el resto de un fuet de Cal Rovira, casa de embutidos de la que soy comprador. Leo con la misma mueca con la que escucho a Lady Gaga, también chacinera, la lista de ingredientes: carne magra de cerdo, panceta, cansalada, tripa natural, sal, pimienta negra, dextrosa, lactosa, antioxidante (E-301) y conservador (E-252). Un cántico al aditivo. Si elijo un producto ecológico de Salgot, la receta es, más o menos, la misma, con lo que supongo que hay novedosos antioxidantes eco . Empeora en el caso de la empresa Mas, con su pizquita de glutamato monosódico, pues deben creer que la batería de añadidos (además de los indicados, proteína de leche, vino y colorante) no da suficiente sabor al marrano. Elogiamos de todos ellos la preferencia por la tripa natural, si bien en ninguno se indica el país de origen. Un chef me chiva que en Es