Vivir en la memoria de los extraños // #CuentoTallaS
Genética. El propósito de Sonia era la inmortalidad y para eso había elaborado un plan sencillo que requería de poco trabajo. Excluidas, por falta de capital, las terapias que permitían alargar la existencia y descartado el tener una recua de hijos para que la huella genética caminara lejos, se le ocurrió un sistema indoloro. Viviría para siempre en los recuerdos de personas a las que no conocía ni deseaba conocer. ¿Cómo acomodarse sin ser una ladrona en la intimidad de los extraños? ¿Cómo sentarse en el sofá junto a una pareja sin haber sido invitada? Celofán. La idea brotó pasando las hojas de un álbum de fotos familiar, ese espacio en el que se reencontraba con sus padres y hermanos sin la excusa de una efeméride. Deslizaba las yemas sobre las páginas cubiertas con celofán. Era un volumen encuadernado con herrajes en el lomo. Los originales –varios tomos– dormían en un mueble marrón mordisqueado por la luz y el paso del tiempo en el comedor del piso de los padres. Cuan...