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Mostrando entradas de mayo, 2016

Esos hombres

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COLA.  En las colas de entrada a Barcelona por Glòries –el atasco permanente por esas obras, y antes por el tambor, y antes...– me cruzo con dos descapotables estupendos, bellos en su aerodinámica, humo caro. Avanzamos con esa lentitud que permite el exhibicionismo, así que me recreo mirándolos. Los conducen hombres mayores: su elixir de la juventud está alimentado con octanos. La triste conclusión es que la cola densa y tediosa convierte en iguales a todos los coches, a todos los hombres. Esos hombres. ORINAR . Mensaje a la población: hay muchos hombres que no se limpian las manos después de orinar. Esos mismos individuos que te dan la mano, que tocan tus cosas, que manotean ante tu nariz. Esos hombres. FUNERAL . En un entierro, el sacerdote pide que los móviles sean silenciados. La única palabra que se permite –la última palabra– es la de Dios. Un acto solemne como este trata de la eternidad, así que la descarada interrupción de un móvil invita a la provisi

Frailecillo al queroseno // Islandia

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Viajé a Islandia sin suerte. Quise probar una cocina única, ártica, radical y di con platos mediocres (y alguno, incomible). Seguro que hay direcciones en las que brillan  –en esta época, hasta la medianoche– chefs finos o, al menos, con sentido común. O puede que haya demasiados foodies dispuestos a maquillar los viajes y contar vivencias inanes como experiencias definitivas. Según a quien leas parece como si en Reikiavik  se cocinara la siguiente revolución a fuego de volcán. Barbas rubias y tatuajes turbios: buenos ingredientes para algún congreso visionario. Dos cenas y una comida. Nos garantizaron que Sushi Samba (nada que ver con el original de Londres) era in y tenían razón: intrascendente. Los rollitos de salmón invitaban a salir nadando. El frailecillo había sido ahumado con queroseno. Lo único decente fue la mini hamburguesa de reno: me habría comido hasta los cuernos. Fue peor Kolabrautin, alojado en el edificio Harpa, la ópera. Bacalao ahogado en manz

Gaig pilota un Pininfarina

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Barcelona es una ciudad con secretos, muchos de ellos, amables; otros, terroríficos y salaces. El que se cuenta a continuación merece ser de dominio público porque convoca a la francachela: en un tercer piso de la Rambla de Catalunya hay una cocina de 250.000 euros que el dueño de una empresa de márketing se hizo construir para atender a los clientes y celebrar sesiones de trabajo con el equipo. Ya es extraño que una cocina sea una sala de reuniones, pero todavía más que esté presidida por un modelo ideado por Paolo Pininfarina –ese apellido de míticos carroceros– llamado Ola 20 y que fabrica la empresa italiana Snaidero. Pininfarina cuenta que para este chasis se inspiró en los Ferrari –claro, no iba a citar una marca plebeya– y en las curvas y la velocidad. Un artefacto para tocar, y acariciar. La que Snaidero ha adaptado para Raúl Herrera y su compañía, la empresa de márketing Ramac, aún es más apoteósica: seis metros aerodinám

Capturar una mosca // Un placer exprés

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El gusto de atrapar un insecto en el aire Estás tumbado en verano soñando la inmovilidad. Para soportar el calor hay que interiorizar la actitud de la estatua. Cuerpo pegajoso y goteante: esa es la realidad por más que quieras confundirte con el mármol, o con el acero, que es más frío. En casa, en la penumbra que sirve de telón y crisálida, vuelan las moscas (elefantes) y los mosquitos (tigre). Escuchas el zumbar como si un helicóptero se aproximara a las orejas.  Es molesto, pero, de momento, solo invaden el espacio auditivo. Uno de los dípteros planea sobre la piel. Tienes los ojos cerrados, aunque notas el contacto. Las patitas son una caricia no deseada. Llegan otros. Los insectos se alternan en sus despegues y aterrizajes. La actividad, acompañada de sonido, es continua. Descansar es imposible durante esas operaciones de portaviones. Al final te incorporas y comienzas la cacería. Quieto, con la respiración sosegada, esperas que una mosca se pose en el m

Restaurante Bobo Pulpín // Barcelona

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Bobo Pulpín Freneria, 5. Barcelona. T: 93.639.32.13. Precio medio (sin vino): 25 €. El pulpo es listo Juan Carlos Iglesias fotografió el peluche de Bobo Pulpín a finales de noviembre del 2014, recortado en la ventanilla de un avión mientras sobrevolaba los Andes. Lo recordó –se lo recordaron– el día de la apertura del restaurante. Ignoraba entonces qué sería del bicho azul nacido en la carta de la Cañota, aunque el que viajaba a su lado sí tiene claro que le habló ya de un establecimiento que acogería al personaje.  Aquel desvarío, en el que no influyó la altura y la falta de oxígeno, se ha concentrado en un espacio temático con figuras gigantescas y mapas y recuerdos inventados, en una serie de tele (de próxima emisión), en vermuts y latas y chuches, merchandising en torno a un octópodo que de bobo no tiene nada. El pulpo es listo, listísimo, incluso con dos patas menos. Pulpín

Posesión balsámica // No a la crema de vinagre balsámico

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I magino al cocinero con los ojos fuera de las órbitas, un rictus maligno en la boca y una risa desencajada y aumentativa. En la mano, un bote de crema de vinagre balsámico de Módena, Cuenca o Estambul, que todavía ninguna organización ha incluido en una lista de armas prohibidas. El hombre, trastornado, acaba de terminar un plato, al que ha aplicado cierto talento. El día anterior pensó qué cocinar, lo fue a comprar y dispuso los elementos lo mejor que supo. Y en este instante frenético, inducido por algo negro, espeso y dulzón, destruye el trabajo con unos churretones. ¿Por qué? ¿De qué parte de su interior ha surgido la necesidad de estropear el equilibrio del preparado con un innecesario e indeseado añadido? Líneas alquitranadas, o círculos. Cordones de penitente. Los psicólogos estudian la patología. Ya hay un posgrado universitario. Posesión balsámica, dicen los exorcistas. El mal del balsámico loco, dicen los veterinarios. La semana pasada sufrí dos veces

De Disfrutar a Central Sin Palabras

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Cena a-muchas-manos celebrada el 28 de abril en Barcelona: de Disfrutar (Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch) al limeño Central (Virgilio Martínez y Pía León). Para saber más: Corazón de vaca http://lacocinadelosvalientes.blogspot.com.es/2016/04/corazon-de-vaca-cocina-magica.html?q=coraz%C3%B3n+de+vaca De Disfrutar... ... a Central