Esos hombres

COLA. En las colas de entrada a Barcelona por Glòries –el atasco permanente por esas obras, y antes por el tambor, y antes...– me cruzo con dos descapotables estupendos, bellos en su aerodinámica, humo caro. Avanzamos con esa lentitud que permite el exhibicionismo, así que me recreo mirándolos. Los conducen hombres mayores: su elixir de la juventud está alimentado con octanos. La triste conclusión es que la cola densa y tediosa convierte en iguales a todos los coches, a todos los hombres. Esos hombres. ORINAR . Mensaje a la población: hay muchos hombres que no se limpian las manos después de orinar. Esos mismos individuos que te dan la mano, que tocan tus cosas, que manotean ante tu nariz. Esos hombres. FUNERAL . En un entierro, el sacerdote pide que los móviles sean silenciados. La única palabra que se permite –la última palabra– es la de Dios. Un acto solemne como este trata de la eternidad, así que la descarada interrupción de un móvil invita a la pro...