La historia del 'chow mein'



























Un día quise cocinar 'chow mein', busqué recetas y el muestrario ofrecía un número de 'varietés' incoherente e inabarcable.
¿Cuál era la original? ¿Cuál de las miles de fórmulas reproducía el comedido plato y no el desparramamiento viajero?

Pensé en los que cocinaba Kao Tze Chien, nacido en 1925 en Shandong, en el norte de China, y fallecido en el 2013 en Barcelona, donde fue cocinero del primer restaurante chino de la ciudad, Gran Dragón, y que en 1976 fundó el Shanghái, donde sus hijos menores, Josep Maria y Lluís siguen al frente.

Mi cita era con la nieta, Meilan Kao, directora creativa del Grupo Kao y repentina estrella de los 'realities' tras el estreno en Netflix de 'First Class'.

Los establecimientos Shanghái, Kao Dim Sum y Kao Street estaban uno junto al otro y fue en el tercero donde me encontré con los fideos de 'yéye', es decir, del abuelo.

“En la comida familiar se repetían tres recetas cada semana: los 'jiaozi' de ternera, el 'chow mein' y las verduras salteadas. Y seguimos haciendo el 'chow mein' del abuelo. En China, los fideos están en todas las regiones: recetas fáciles, saciantes y baratas. Pueden acompañarse de gambas, ternera, pollo…”.

Además del básico de 'yéye', los Kao han sofisticado la pasta: espaguetis frescos de La Italiana (curioso: en EEUU, los gigantes de la alimentación enlatada occidentalizaron el plato con especias... italianas), huevo pochado, 'rossinyols' y 'tartufata'.

Voy a por el 'chow mein' elemental, con zanahoria en juliana, cebolla, 'pak choi', soja germinada, soja, salsa de ostras, aceite de sésamo y vino 'shaoxing'.




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