Restaurante Asturianos // Madrid / Septiembre del 2022






























Hacia el final de la conversación, Alberto Fernández Bombín, divulgador gastronómico y copropietario del restaurante Asturianos junto a su madre, doña Julia, y su hermano, Belarmino, lo dice como si me leyera la mente: “No me gustan los bares de diseño. Me gustan los bares feos. Si pasas por delante de Asturianos sin saber qué es, no entras”.

Todo parece como antes y nada es como antes: “Hay cambios, adaptaciones. La fabada lleva menos grasa, tenemos bolsas de vacío para conservar y Thermomix. El flan no lo podríamos hacer sin la máquina, ¡ni aunque tuvieras el brazo de Hulk!”, describe Alberto sin ponerse verde. 
¡Ah, el excepcional flan de queso, con la receta nunca revelada!

Con ningún otro criterio más que el del deseo, pedimos: las sardinas marinadas con sopa de tomate (“ese plato fue idea mía”, pues ¡bravo!), las albóndigas con salsa de boletus (“muy ochentero: yo lo quitaría, pero tiene demanda”), la fabada (“siempre ha estado en la carta”), las verdinas con rape y almejas (viva y viva), el morcillo estofado (“el morcillo es difícil y ahí se nota el talento: marca territorio”), el bonito con tomate (snif, algo seco), la 'mousse' de chocolate y ese flan con forofos (“la receta es de mi hermano”).





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