Restaurante Casa Masala // Barcelona / Mayo del 2023
Casa Masala
Muntaner, 152. Barcelona
Tf: 937.978.702
Precio medio (sin vino): 25 €
La frase que soporta Casa Masala –casa: atención a eso– se comprende enseguida: «El curri bar de tota la vida», dicen. Lo podríamos tomar con humor (también), pero la idea es que el cliente entre con la misma naturalidad con la que, en otros establecimientos, pide una caña y un jugoso (si tiene suerte) triángulo de tortilla.
Este es un restaurante con bicefalia catalanoindia: Kuldeep Singh, chef ejecutivo, y Jordi Aros, director de operaciones, títulos que intimidan, aunque no son dados a la grandilocuencia. Casa, repito: los mediodías, un menú de 13,50 €.
Después de largo tiempo sin ver a la familia, Kuldeep Singh ha marchado de viaje. A la capitanía del horno 'tandoor' está Gurmeet Singh, jefe de cocina. La relación de Jordi con Kuldeep y Gurmeet es antigua: fue el jefe de ambos cuando el de Tarragona estaba al frente de una cadena de restaurantes.
Primero, pusieron a rodar una furgoneta con salseo indio; después, el local Masala 73 y, sobre esos polvos, han levantado la casa. La palabra 'masala' significa mezcla de especias y, aplicada aquí, también podría referirse a esa amalgama catalanoindia.
«El 80% de las personas con las que trabajaba eran indios», explica Jordi, «y Kuldeep era friegaplatos». Luego fue cocinero e incluso deleitaba a los colegas de curro con platillos de la infancia, que impresionaban al socio: «Es autodidacta».
No se explica lo suficiente (y en estas crónicas se intenta) que quienes preparan nuestras comidas son indios, son filipinos, son marroquís, son senegaleses...
Según el padrón municipal, en el 2022 había 22.550 pakistanís y 7.695 indios en Barcelona. El curri ya no debería de ser una preparación extraña.
La sala de este bar condimentado la lleva Isa Olmedo, eficaz y familiar, jerezana que dice ser de «Nueva Delhi de la Frontera».
Hay alegría en Isa y hay alegría en las combinaciones. Rojos y verdes y amarillos que dan vigor y presencia, y picante, a lo que llega a la mesa. Deberíamos aprender de ese confeti; nosotros, los maestros de la comida marrón, y no por eso menos sabrosa.
La Bomba Bombay explica el aquí y explica el allí, de B a B, de Bombay a la Barceloneta: una bola de patata/garbanzos/guisantes, mayonesa al curri y salsa brava.
Junto al entrante, la 'pakora' de cebolla con 'garam masala' y una salsa de tamarindo para untar y el 'dahi puri', esferas de patatas y legumbres, rebozadas con harina de garbanzos y con yogur, y, snif, llegan algo frías.
Corta oferta vinícola y con Sula como único vino indio, que probé hace años y cuyo syrah me dejó desconcertado, situación que se repite. Mejor la copa de chenin blanc, del mismo elaborador. Ambos, con tapón de rosca.
De cabeza al curri, el pollo 'tikka masala', apropiación cultural de los británicos con una historieta que transcurre en Glasgow y que tiene como protagonista a un cocinero del Punjab.
En Casa Masala, pechuga marinada durante 24 horas con yogur especiado y salseada con un curri con tomate y almendra.
Veré después el pincho en el que Gurmeet ha ensartado el pollastre para tostarlo, vertical, en el horno 'tandoor'. Combino pedazos con arroz basmati, 'raita' (yogur con pepino) y 'naan' (pan) con ajo.
Sigo en plan marajá con el (muy buen) 'biryani' de pluma de cerdo ibérico, también 'tandoorizado', la carne sonrosada y el exterior rustido y, bajo la golosina, el arroz salteado con frutos secos.
El 'rasmalai' (crema) bengalí ha sido transformado en un flan de queso 'paneer' con pistachos y pétalos de rosa en ese ejercicio, de nuevo, del aquí y el allí.
Salgo de Casa Masala con la mente puesta en unas alitas, que embadurnaré con yogur/especias y meteré en el horno que, oh, pena, no es el prescriptivo 'tandoor'.
El equipo
Isa Olmedo, Nil Guarro, Gurmeet Singh, Kuldeep Singh, Jordi Aros, Nahid Talukder y Deepak Singh.
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