El récord mundial de tertulia // #CuentoTallaS
Hibernación. Llevaban mucho tiempo de programa en directo. El estudio de radio hedía como la cueva de un oso tras la hibernación. La idea del locutor había sido bien acogida –y espoleada después– por el director de la emisora: batir el récord mundial de tertulia. Habida cuenta de que una gran parte de la programación ya estaba destinada a la charla faltona, ¿por qué no alcanzar los límites de la especialidad? ¿Cuánto tiempo podía durar una tertulia? ¿Horas, días, semanas? Y de aguantar los profesionales, ¿resistirían los oyentes o irían ausentándose hasta la indiferencia total? Tila. El locutor le dijo que estaba dispuesto al sacrificio y que se imbuiría del espíritu de los astronautas, pues era consciente de que era una misión de la que, a lo mejor, no regresaba. Se preparó como pudo porque el director lo apremió para que el experimento fuera realizado cuanto antes. Quiso contratar a un preparador personal, aprender técnicas de respiración con un maestro de yoga, profund