Restaurante Candlelight // Hostal de La Gavina / S'Agaró / Junio del 2023


































El pichón con hojaldre –el pichón Wellington– encajaba como un guante fino en la atmósfera del restaurante Candlelight, en el Hostal de La Gavina, en S’Agaró.

El establecimiento hotelero, dirigido por Alberto Depau, conservaba ese apelativo sin pretensiones desde hacía casi cien años, pero no era un hostal, sino un cinco estrellas en el origen de la Costa Brava, nombrada así por el periodista y político Ferran Agulló en 1908.

Con la soberbia ave encerrada en una jaula de masa terminó la cena, que compartieron los equipos de Via Veneto, con Pere Monje y David Andrés a la cabeza, y Candlelight, con Romain Fornell como director gastronómico, José Luis Pulido como chef ejecutivo y Oriol Fernández como chef ejecutor.

Era el primer acto del VII festival gastronómico, que cada año convocaba a cocineros de rango para jornadas únicas.

En nuestra mesa, entre otras muchas cosas, con un gran servicio comandado por Paco Cornejo, el 'panipuri' relleno de brandada, la ensalada 'caprese' con bogavante y agua de tomate, la gamba con crema de cítricos, el lenguado con mosaico de hortalizas y la versión aligerada y menos tupida de la Selva Negra. Y las dos flores, belleza comestible: la de pétalos de atún/lubina y la de calabacín con salsa nantua.


Bebimos el Gran Caus del 2006, elegido por el sumiller Florian David, un tinto reposado para acompañar el vuelo del pichón. No sabíamos entonces que su elaborador, Carlos Esteva, el fundador del Can Ràfols dels Caus, había muerto el mismo día, el mismo sábado. El vino se hizo cuerpo en su ausencia.



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