El restaurante de la semana: Cata 1.81














[Este restaurante está cerrado]


Cata 1.81
València, 181. Barcelona.
T: 93.323.68.18.
Precio medio (sin vino): 25-30 €.






#Kocinaurbana




Hay cocineros que aman la gastronomía y otros que fingen la estima. Además de chef batallador, Santi Rebés es un lover de primera, informado de lo que se cuece en la ciudad y degustador de novedades: “Cada vez hay más competencia, y la verdad es que hay muchos que lo hacen bien”.
Este pone oreja y oído, otros solo morro. Aunque al lector le parezca increíble, multitud de cocineros tienen el mismo interés por su oficio que el que Boris Yeltsin mostró por la cerveza sin alcohol.


Desde el 2007, Santi está asociado con Fidel Puig y Cristina Torras en el Embat, ejemplo de bistronómic barcelonés, especie endémica del Eixample que anida en espacios largos y estrechos. 

Acostumbrado a ese ecosistema, Santi R ha remontado el Eixample como un salmón hasta Cata 1.81, en el número 181 de la calle València.
El Cata es un local veterano, del 2001, cuando Barcelona se creía Chicago, y tuvo como cocinera a Teresa Olivella.

De aquel tiempo resisten los macarrones con sobrasada y chocolate blanco, que probé entonces y del que guardo recuerdo por su atrevimiento. Ayer como hoy, el dueño es Santi Olivella, a partir de ahora Santi O para diferenciarlo de Santi R.

Los Santis estudiaron juntos, trabajaron al alimón al comienzo de Cata y colaboran en el reestreno. Hace un año, Santi O remodeló el local, sumando un piso, y ha contratado a Santi R para que rehabilite la carta. Reformas Santi’s.

Lo del comedor de la parte superior tiene miga: fue la vivienda de ¡tres personas!, estrechadas como ratones de laboratorio entre tabiques. Despejado el espacio, permite la discreción por una escalera que da a la calle

Santi O recuerda que es un “restaurante de vinos” y que el apartado bebible “se mueve”, con 25 vinos a copas. ¡Sensacional! Por supuesto, se lía a abrir botellas, garnachas frescas como La Bruja Avería y Volandera. El postre es vinícola, para conjugar con el espíritu de la casa, buenísimo, pa de pessic hecho con tinto Borsao.

Santi R es un gran postrero --aunque en Embat firma con Fidel Puig todos los platos-- y aceptó la asesoría, y su presencia los lunes y la tarde del martes, en busca de refresco: “Hacer cosas distintas a las que hago allí”. Algo más de canalleo que en Embat, prudente, sí porque Santi, además de discreto, quiere ser prudente, aunque se suelta con ramalazos intrépidos. Un despliegue de #kocinaurbana, de Catalunya a Tokio, pasando por Cádiz y Bangkok.

Perfecto el punto de las alitas, y poco thai la ensalada tailandesa.
La Inevitable Croqueta es buena, como los nuguets de cazón con mojo de cilantro.
Se ponen serio, o cachondo, con la escudella con una gyoza rellena de oreja, butifarra negra y de perol, representativa de la tendencia #kocinaurbana.
Otro platillo con nota es el huevo a baja temperatura, espuma con sidra y parmesano y chistorra (la campana que lo cubre reblandece el pan tostado).
El canelón de galta de vedella con trufa se pasa de dulzón.
El fuagrás con judías y morro de ternera es match point. Y borda el cuello de cordero.

La #kocinaurbana, y se demuestra con la tercera estrella al madrileño Diverxo, tiene futuro: fresco, picante, ácido.






PICA-PICA
Atención: a la alegorías vinícolas de la decoración.
Recomendable para: los que se chiflan por una buena oferta de vinos.
Que huyan: los que están mosqueados con el tapeo o la media ración.





 Más restaurantes en:



            http://rdp.elperiodico.com/






Comentarios

  1. El Cata i el Santi sempre han estat sants se la meva devoció. Val la pena pasar-hi de cop en quant a gaudir dels seus platets... I els vins!

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  2. El tinc pendent fa molt de temps. Després de llegir això, segurament accelerarem la visita!

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  3. El Santi R ha capgirat la carta amb gràcia.

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