Tortilla fina de 'fredolics'





Los niños, los cuñados, los sobrinos. Diez personas y ocho cestas de fredolics (negrilla), recogidos en los bosques de Moià mientras aún permanecía el rocío suspendido en las telarañas.

Mi conocimiento de las setas es escaso, así que confío en la experiencia de la familia para sobrevivir.

En casa, con los fredolics ya cocinados, preparé las tortillas. Huevos ecológicos, sartén brillante. Una capa fina de huevo, los fredolics salteados con piñones en busca de una compañía boscosa, una brizna de tomillo. Solo trabajé una cara. Al unilateral, según el lenguaje especializado, o cursi, para preservar el vigor las setas, sin ahogarlas en albúmina.

El barro de la mañana fue fulgor en la noche.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Restaurante Claris 118 // Barcelona

La guía Michelin quiere ser The World's 50 Best Restaurants

Desnudos y exhibicionistas: unas palabras sobre el 'food porn'