Restaurante Moments // Barcelona / Marzo del 2023
La cocina con barretina de Raül Dalí
La mesa frente a la cocina de Moments, en el Hotel Mandarin,
es teatral y atrae miradas: tiene unos cortinajes que permiten el cierre y la
intimidad, dando a los comensales la posibilidad de la función única.
Al otro
lado del cristal, de un color verdiamarillo oleoso, el tono fluctuante del
aceite de oliva, los trabajadores se afanan y cubren con el 'toque blanche', el
gorro, chimenea de papel para que las cabezas no ardan. Excepto uno, el
cofirmante de la carta, Raül Balam, que protege el cabello con una barretina.
¿Acaso no sería el 'toque rouge'?
Moments es
un restaurante con dos estrellas que sirve a los clientes internacionales
atraídos por la fama del hotel pero quienes lo comandan (Raül y su madre, Carme
Ruscalleda) se obligan a dejar una huella local.
En
principio, la barretina del cocinero no era un faro con ánimo antropológico,
sino un homenaje a Salvador Dalí, a quien recuerdan con un menú temático basado
en el libro 'Les dîners de Gala', publicado en 1973 (hace 50 años) en París por
Draeger, y en castellano, por Labor, en 1974, reeditado por Tachen en el 2016,
que también dio lomo a una segunda entrega: 'Les vins de Gala'. La desmesura,
el melodrama, el desparrame, el posbarroco.
El de
Figueres escribió en 'Vida secreta de Salvador Dalí': «Cuando tenía seis años
quería ser cocinero». Fue comedor de platos sencillos, comensal de restaurantes
emperifollados y dejó para la posteridad los relojes blandos que recuerda el
camembert.
Un busto
de Dalí de porcelana de Lladró, con los bigotes ornados por hortensias, y los
dos volúmenes reciben a los dalinianos con hambre.
La acción
sombrerera de Raül tenía como cometido la 'daliniada', pero se plantea
seriamente la permanencia, un indicativo o señal puntiaguda para enfatizar a
los extranjeros que están en Catalunya.
No sé qué
piensan las dos mesas de asiáticos al ver al chef con semáforo rojo. La
barretina es el 'toque' y el porrón, un decantador por descubrir. Ningún porrón
en la mesa: ¿por qué no? En el último menú degustación del Sant Pau se
armonizaba un postre con el vidrio bicorne.
«Mi madre
me regaló el libro hará cuatro o cinco años por mi cumpleaños. Las recetas
están numeradas y nosotros indicamos esa numeración. Hemos respetado al máximo
los ingredientes, pero hemos reinterpretado la ejecución. ¡Cocinaban la lubina
cuatro horas!», explica Raül 'barretinado'.
La lubina,
receta número 60, aparece en su punto, con una 'demi glace' de sus espinas,
ahí, sí, cocinadas durante cuatro horas hasta conseguir el jarabe.
La número
63 es una cuchara con una terrina de anguila a la cerveza.
La 14, una royal de gambas.
La 11, la tartaleta de huevos con caviar.
La 66, el
cangrejo real, el bogavante y la merluza con una 'mousse' de cangrejo.
Platazos
resueltos con arte, como es obligación. Aparecen todas las parafilias y
símbolos del artista, seres marinos con armadura y esa perfección elíptica que
expulsan las gallinas.
Ruscalleda-Balam
ahorran el susto al elegir lo aceptable, eludiendo los enigmáticos y absurdos
enunciados de los capítulos: 'Canibalismo de otoño' (huevos, crustáceos), 'Les
entre-plats sodomisés' (carnes) o 'El atavismo desoxirribonucleico'
(vegetales).
En 'Dalícies', el estudioso Jaume Fàbrega sostiene que 'Les dîners de Gala' fue «una operación básicamente comercial o de márqueting» y que los gustos del Divino eran locales y terrenales (o marinos): erizo, costillas de cordero, judías, 'botifarra dolça'...
En la intimidad, claro; en público, lo
hiperbólico, como recuerda el señor Josep Monje, de Via Veneto, quien tuvo que
construir montajes efímeros, como aquella bandada de tordos sujetada con
alambres.
Para
algunas recetas, según figura en el tocho, recurrieron a casas francesas de las
que era cliente: Laserre, Maxim’s, la Tour d’Argent y Le Buffet de la Gare de
Lyon. ¿Y el resto? «Jamás publicadas con anterioridad, han sido elaboradas con
gran precisión por un chef que desea permanecer en el más secreto anonimato».
¡Misterio! ¿O estrategia? ¡Oh, divino Salvador Domènech Felipe Jacinto Dalí! ¿Y
Gala? El sujeto del título, y poco más: «Concibió y materializó esta obra
dedicada a Gala».
Grandes
vinos en Moments, siguiendo la nomenclatura daliniana: vinos de gozo, vinos de
púrpura, vinos de aurora... La idea de goce me atrae. ¡A mí, Espectacle 2020 y
Château d’Yquem 2018!
Postre con bigote, el suflé Kocisky, receta 123, con un helado que hay que colocar en la superficie caliente y dejar que penetre.
Raül se despide, dice que va a un 'cumple' de 10 años. Entiendo rápido: el aniversario de alguien que se desintoxicó hace una década.
El chef
también tiene el cumpleaños desdoblado: el 5 de marzo celebró sus diez. Y hace
diez de los menús temáticos de Moments. Se descabeza de la barretina y Dalí se
esfuma.
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