¿Qué significa la señal?


Pase.



SEÑAL. La estampa era tan sugerente como misteriosa: un halcón sobre una señal. Era una carretera secundaria –otra metáfora, hemos cambiado las vías principales, directas y veloces, por los caminos mareantes y sin importancia– y sobre una indicación de no adelantar, el pájaro inmóvil, las alas plegadas, oscuro y prieto como aquella estatuilla que codiciaba Humphrey Bogart cuando era Sam Spade.


AIRE. Los vehículos pasaban al lado del conjunto y la rapaz parecía disecada. Quisimos ver de cerca al ídolo, dimos la vuelta, nos acercamos por detrás y aquel halcón hipnotizado por el tráfico abrió las alas y planeó en busca de otro lugar de reposo menos frecuentado. El ave de presa posada sobre la señalización condensaba una clave, ¿pero cuál? ¿Qué quería decir? ¿Cómo interpretar? Ser capaz de descubrir el mensaje oculto en las marcas de aire.


'SIN TECHO'. El diciembre benigno gustó a los ricos, les permitió circular con los deportivos destechados, con la capota plegada y la sonrisa de espejo, como las gafas. Son los otros sin techo, los que se entregan al viento o a la lluvia de forma voluntaria y recreativa, que pasan frío por gusto, que navegan, que vuelan, que esquían.


ÉXODO. En una comida familiar, los sobrinos mayores, entre 20 y 30 años, hablan de la vida en el extranjero. Uno es un erasmus en Suecia; otro, becado en Bélgica; el tercero, un químico que vivió unos años en Inglaterra y puede que retorne a ese destino húmedo. La cuarta, una chica, termina geología y piensa en Cuba, Brasil o Chile, donde los minerales necesitan de intérpretes. Es desolador, aunque ellos lo afrontan sin el pesar de los más viejos. Uno de los pensamientos que genera ese éxodo es práctico: miles y miles de euros gastados en su educación que cebarán el estado de bienestar de otros países. El otro, más importante, sentimental: las familias se van desgarrando. Al mirar a mis hijos, aún pequeños, deseo que cuando llegue el momento puedan eludir esa emigración de mentes brillantes y que una cierta prosperidad económica haya regresado.


REALIDAD (AUMENTADA). Pero ¿aún queremos mayores dosis de realidad? ¿No es suficiente con la que ya sufrimos?


BRUSELAS. El sobrino que reside en Bruselas explica cómo flamencos y valones se ignoran, no comparten nada, los unos se niegan a hablar la lengua de los otros. Por lo que cuenta, la relación Catalunya-España es mejor. Las instituciones comunitarias están en esa Bélgica cuyos habitantes se detestan. Otra contradicción en la UE en quiebra. Si los emblemas de Europa han sido levantados en el pantano belga, ¿con qué autoridad moral torpedearán la independencia de Catalunya?


CÓMPLICE. Es la madrugada del sábado y ante la puerta de un bar, una decena de jóvenes berrea. La cantata durará un par de horas, el barrio está en vilo, el repertorio musical de los borrachos es una porquería. Ningún vecino llama a la policía para el desalojo. ¿Por qué? Porque esperas que se disuelvan de forma voluntaria, sin tener que ser cómplices de las armas, de las porras, de las placas. Porque cada vez que ves a un policía aún tienes miedo.


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