Aditivos como perdigones










DESGRACIA. Ser embestido por la grúa que venía a rescatarte.


FÚTBOL. “Más de 500 trabajadores indios han muerto en Catar desde 2012”. Construyen las infraestructuras para el Mundial de Fútbol del 2022. Ni 2 ni 5 ni 50. ¡500 obreros! Campos regados con sangre.


SIESTA. ZZZZZ. “The New York Times aún ve a España como el país de la siesta”. Son de bostezo los reportajes que se refocilan en el tópico.

YOGA. The New York Timesel diario derechiprogre, miente: ya no hay tiempo para siestas, esa modalidad del yoga tumbado (es una variación de una frase de Camilo José Cela). Solo se entra en trance los fines de semana. Y es una pena porque los científicos concluyeron que era beneficiosa la desconexión –unos minutos– para rendir más. ¿No es eso lo que queréis, alemanes y norteamericanos? Fondos de la UE para sillones, camastros y camas.


CÁNCER. En un viaje en un tren rápido, el vecino de mesa abre las alas negras del ordenador portátil: aparece un estudio, escrito en inglés, sobre el cáncer. Breast cancer incidence statistics. Estadísticas de la incidencia del cáncer de mama. Muy aplicado, el hombre pasa las tres horas volcado en ese material, con anotaciones bajo cada párrafo, en castellano y subrayadas en verde. Por curiosidad, ¿quién es usted?, estoy tentado varias veces de interrumpirlo. Desisto, con la satisfacción de que, con mi silencio, dejándolo trabajar, he contribuido a la cura.


APERITIVO. Mientras el tren atraviesa paisajes acartonados, unas azafatas sirven “el aperitivo”, alguna bebida y dos bocaditos. Uno es el mini-pan sésamo de longaniza, escrito así. Ingredientes e informaciones: ocupan 13 líneas, tantas como el volumen de la pulga. Esa porción para dos mordiscos carga diez aditivos, más la lactosa, la dextrina, la dextrosa, la sacarosa. ¿Cómo puede haber tanto añadido en una minucia, en 50 gramos? No sé si estoy comiendo un derivado del cerdo o de la química. ¿Las autoridades sanitarias se toman en serio el continuo perdigoneo?


EMBALSAMAR. El segundo bocado del tren es un sándwich de jamón y queso. En realidad, un cuarto. Pesa menos que el mini-pan: 35 gramos. La lista de ingredientes tiene un cuerpo tan pequeño que solo el doctor Barraquer podría leerla. Aparecen horrores como “extracto de humo”. Con esas mezclas los egipcios preparaban los embalsamamientos.


PERA. Al día siguiente, en un hotel céntrico de Madrid, un pequeño conflicto a la hora del desayuno. En el exiguo bufet, la única fruta disponible son las peras. Una clienta, extranjera, quiere manzanas. Podría haber pedido naranjas, de temporada. Pero ella quiere manzanas. Muy disgustada, se pelea por esa fruta. Las van a buscar. Se las traen en una cestita. Mira al camarero con desprecio y desafío y desde unas gafas muy impertinentes dice: “Y no se las pienso pagar”.






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