Google ama El Celler
El Mobile World Congress ha dejado como recuerdo el apetito de Mark Zuckerberg, y no solo en la compra de empresas.
Comió dos veces viandas de El Celler de Can Roca, en directo y por mensajería de lujo, y tuvo un intento fallido de sentarse en Tickets.
Es menos conocida la actividad voraz de otro magnate de lo intangible, Nikesh Arora, vicepresidente de Google, que viajó a Girona para salpicarse con el talento de los Roca.
Existe en esa bendita casa un recurso de última hora para compromisos ineludibles: la barra de la cocina, que no es tal, sino el despacho abierto de Joan Roca.
A un lado, el ordenador. Detrás, la biblioteca. Pese a las limitaciones, en ese cajón comen los elegidos, como Arora y su pareja. Son asientos de privilegio en el fragor de la cocina.
No es un espacio íntimo, sino de paso junto a la puerta. Cada plato que sale a la sala cruza ante las narices del par de comensales.
A Arora no le importó el trajín: sacó un pedrusco y pidió a su novia en matrimonio. Ella dijo sí y a la excepcionalidad de estar en El Celler se sumó ese momento tatuado.
Ahora, cada vez que Arora goglea amor, el buscador lo manda, con una flecha, a Girona.
y uno tiene que esperar un año para conseguir una mesa!!!!!!!
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