Restaurante Can Major // Montmeló
[Este restaurante ha cerrado]
Can Major
Major, 27-29. Montmeló.
T: 93.568.02.80.
Menú mediodía: 18 €.
Menús degustación (sin bebida): 28 y 30 €.
La Vía Mongetera
¿Puede alguien sentir
pasión por una mongeta? Mientras las teenagers están entretenidas con las
boberías de Miley Cyrus y su delgadez de insecto palo, Anna Tengo se ocupa de
la carnosidad de esos riñones de mantequilla con el ímpetu de una fan.
En su
cocina, al acabar el servicio, da una improvisada clase sobre las variedades y
formas de cocción de las judías y enseña tres cazuelas, tres tiempos, tres
intensidades. Anna habla de Km 0 y de Slow Food y en su boca esas palabras suenan sinceras,
sin el azúcar del márketing y la tentación del oportunismo.
Esta chef de
vocación tardía tiene ante sí un universo de leguminosas a las que dedicar
horas de estudio. Ser una estrella de la cocina terráquea por la Vía Mongetera
es posible.
Can Major son dos
hermanas, Anna y Sarai, la segunda, en la sala. “Todo está consensuado, nos
tenemos que poner de acuerdo siempre”.
Sarai decoró este espacio en el 2007,
suelo de ajedrez, sillas acolchadas, tal vez estilo Luis XVI. En absoluto
trabajan la cocina versallesca, sino la terrenal. Son las herederas de un
frankfurt, son las herederas de una pizzería y ese neorrealismo las aproxima a
la gente.
Hace 42 años, cuando el circuito eran campos y los F-1, tractores, los
padres, Josep y Conchita, abrieron un bar en la calle mayor de Montmeló. La
señora Conchita pasa en algún momento por la cocina, costumbre y afecto, y echa
un ojo a la paella, a su paella, al
arroz de la casa.
Los fines de semana, Can Major es un festival de la gramínea.
Es sábado y celebro el Menú Arrosser, con siete entrantes a compartir y seis
arroces, secos, caldosos o melosos. El paraíso. Toda la mesa puede tomar el
mismo o cada comensal elegir uno y meter el tenedor en el de los demás.
#Arroparauno y #arrozparatodos.
Aúllo con el de peu de porc con costilla, seguido del de erizos y, en tercer lugar,
el de pollo y alcachofas, con exceso de sal.
De la bodega
acristalada, Sarai saca un tinto del Priorat, Akyles, héroe homérico. La
heroicidad de las hermanas Tengo es cotidiana: convencieron a la familia de que
las respaldasen y cuando hermosearon la casa de comidas llegó la crisis.
En el
libro de reservas está escrita la penalidad de la travesía y es ahora, solo
ahora, cuando el rumbo es firme.
Entrantes sugerentes como el panellet de futos secos y col de
paperina. La gente sabe qué es la okra y olvidó la col de paperina. O las mongetes del carai que ilustran el guiso
de navaja con oreja y morro.
Reformulan la tradición con el helado de calçot con romesco y con la copa de gin, verduras y berberechos (mejor una
buena almeja).
Se agarran a las anillas-de-lo-de-siempre con los calamares a la
romana y la buenísima alcachofa con gamba de Palamós. Rompen de nuevo con el
flan de coco y remolacha.
“Recuperar semillas”.
“Reivindicar el producto de cercanías”. Ir a Can Major y compartir la hogaza de
pan con harina de Gallecs es comprender, al fin, la comunión.
Atención: a los proveedores, homenajeados en
la carta.
Recomendable para: los que quieran
profundizar en la tierra.
Que huyan: los fans de las bandejas de poliestireno.
Ostras Pau, se me hace la boca agua, menuda presencia tienen esos platos, y lo dels arrossets, el colmo!! El priorato no lo he bebido. Qué tal está? Un saludo!
ResponderEliminarAkyles: una corpulencia poco intimidante. Me dijeron que, aunque conservan enóloga local, pertenece a unos rusos.
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