Nil y Carla en el Sant Pau

La cocina de Carme Ruscalleda tiene banda sonora: sobre el disco de butifarra negra, el Maresme, la mitad en el mar, la mitad en la montaña. Homenaje a la música telúrica de Roger Mas.

El plato dibujado, el plato creado: langostinos, tomate y fresas, alfombra de rojos.

Cigala de camuflaje y guerrera: entre verdes.

Icono del Sant Pau: lloritos (raors), esta vez, nadando en curry. Un loro que no necesita hablar.






Esta es una mini crónica desacostumbrada. La escriben dos niños de paladar alerta, fans de Carme y Toni.

"Los lloritos son muy buenos, siempre me los pido. Cada año pone algo diferente. Por ejemplo, este año ha puesto puerros y curry. El año que viene, ¿qué pondrá?
También he comido suquet de sepia.

El sitio es muy agradable y la cocinera, Carme Ruscalleda, siempre viene a los postres. Abajo hay una terraza con árboles y plantas".

Carla, 9 años.

"La cigala bajo verdes es una combinación de mar y montaña; un plato diferente.

El filete de pato de Challans y melocotón del Ordal, con una hoja crujiente encima, también es sublime.

Al final, la gente baja a la terraza, donde, rodeados de arboles, plantas y el pequeño huerto del restaurante, toman los petits fours, pequeñas degustaciones dulces con una mezcla de sabores. Hay gominolas, bastoncillos, bombones y muchas más cosas".

Nil, 11 años.