Un cuento de terror





Esta es la triste historia de un bogavante de Sant Carles de la Ràpita, que terminó sus días sobre una plancha (solo cocinado por el caparazón). Y la de una ternerito de Girona, que continuó sonrosado tras pasar por el horno, transformado en rosbif.

Niños: si queréis pasar miedo no leáis a los hermanos Grimm ni a JK Rowling. Ayudad a vuestros padres en la cocina.





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