Juzgar a la ligera

Desde el 2005, la revista Vino + Gastronomía publica una clasificación con los diez platos del año, al entender de un grupo de críticos o cronistas gastronómicos.
Soy uno de los votantes y cada otoño envío la decena de hits con la frustración de que solo algunos de mis favoritos alcanza el estrellato. Necesitan más de dos votos para estar en la selección y el resto pasa a un meritorio cuadro de honor. Como todas las elecciones es limitada, pues requeriría la imposible visita a todos-los-restaurantes-interesantes para el cribado y, como es sabido, periódicamente solo se examinan algunos-restaurantes-interesantes.

La labor del prescriptor es caminar con venda y a la pata coja por territorio minado. En cualquier momentos puedes saltar por el aire con la cabeza formando parte del culo.

De las variadas propuestas que recibo para juzgar el trabajo de otros participo en pocas, poquísimas. Desde hace tiempo he renunciado a votar la lista del Cocinero Revelación de Madrid Fusión por dos razones, si bien cada año recibo el memorándum.

Una: no he estado en algunos de los restaurantes que proponen (y sospecho que la mayoría de los electores, tampoco).
Y dos: es un regalo tóxico, pues envenena a los jóvenes restauradores, incapaces de gestionar el chute de ego, la repentina y tumultuosa atención y el inmediato olvido.

Respecto del Chef Millesime las condiciones son otras pero, para mí, imposibles de cumplir.
Hay que escribir el nombre de cocineros "que gozan de un prestigio, pero que aún no son tan conocidos a nivel general", "pueden representar el futuro de nuestra gastronomía", "los chefs seleccionados han de contar al menos con una estrella Michelin o un sol Repsol o ambas cosas".

No entiendo por qué la lista ha de ser cautiva de Michelin o Repsol y no independiente y libre. Y si el agraciado defiende una estrella, ¿no es ya "conocido a nivel general"? Dividen España en nueve territorios y hay que nombrar dos profesionales de cada sitio. Si no he estado hace tiempo en Canarias o en Castilla y León, ¿elijo de oídas o de leídas?
Di las gracias y, por segundo año, dije que no.

Hay que pensar bien a qué se presta el nombre y a qué fines sirve.

PD 1:

Los platos elegidos por el jurado de Vino + Gastronomía

1. Ostra con leche cruda de oveja, esencia de cordero y pesto de hierbas (Paco Morales).
2. Nana de la cebolla (Fernando del Cerro).
3. Croquetas rotas de calamar de pota (Dani García).
4. Callos a la madrileña (Ángel León).
5. Sardinas del día marinadas, asadas y ahumadas (Marcelo Tejedor).
6. Guiso de garbanzo castellano con hongos y plantas siñvestres (Teodoro de la Cruz).
7. Ostra al palo cortado y ajo negro (Joan Roca).
8. Guisantes ecológicos, emulsión de alga codium (Sergio Bastard).
9. Ensalada agridulce (Rodrigo de la Calle).
10. Cigalas y café (Marcos Morán).

PD 2: Aparezco disfrazado de capitán Trueno en el último número de Vino + Gastronomía. Creo que hubiera sido más propio el de Goliat por sus apetitos.