El cloro enturbia las mentes





Adelante.
[Prohibido a programadores de tele]




PISCINA. El momento televisivo es paupérrimo, de acuerdo con la situación patético-económica. Que en las parrillas –qué término salchichero y humeante– hayan coincidido ¡dos programas! con famosos, famosetes y todos-esos-raros ensayando saltos de trampolín significa varias cosas. La más evidente es que la imaginación tiene el mismo crédito que los bancos chipriotas, también que las dos grandes cadenas privadas habitan la ruina moral y, para terminar, que burlarse del gordo y el planchazo en una piscina continúa siendo la misma distracción cruel y macarra de nuestra niñez.


CLORO. El cloro enturbia las mentes de los programadores. Para servir al público, ofrecemos alternativas disparatadas, aunque no imposibles. Solo hay que dar tiempo a que sean grabadas y emitidas.



CANÍBAL. Un programa de cocina sostenible y contemporánea: comerse al vecino. No puede haber asunto más actual. Un Arguiñano caníbal dará cada mediodía lecciones de supervivencia. Recetas para guisar el cuerpo humano con fundamento. ¿Quién podría resistirse al estofado de pierna de adolescente cebado? Por fin acabaremos con la obesidad transformando lo adiposo en chicharrones.


INDULTO. A poco tardar, las cárceles estarán pobladas de chorizos políticos, que desplazarán a la delincuencia clásica. Concejales, diputados, presidentes, tesoreros, alcaldes enchironados por cobro de sobornos, tráfico de influencias y ese potaje de espurios intercambios. La dinámica será emocionante. Cada viernes, el Consejo de Ministros indultará ante los televidentes a un corrupto. ¿Qué reo fabricará el sobre más grande en el taller de manualidades para sobornar a sus ilustrísimas? La audiencia podrá participar enviando una comisión a un ministro para decantar el voto hacia su favorito.



CIRUGÍA. ¿Por qué no un reality médico? Se recluirá a los voluntarios en una de las muchas plantas cerradas de los hospitales.  Para que algunos demagogos digan que se dilapidan recursos. El reto será la autoperación. Patrocinado por el Ministerio de Sanidad y Confeti, se pretende instruir a la población. La cirugía casera permitirá acabar con las listas de espera. Se promueve el hazlo tú mismo. Los participantes dispondrán de un manual con variados ejemplos, desde una apendicitis hasta una rinoplastia. Cada semana, los jueces valorarán el arte de la sutura, la flebotomía, los cuerpos necrosados y los grados y persistencia de la fiebre. Los audaces y ahorradores que se abran sin necesidad de anestesia conseguirán más ¡puntos!



TRAFICANTE. Patrocinado por la Asociación de Padres Herodes. ¿Quién es capaz de colocar más papelinas en menos tiempo? Encuentra tu esquina. Ideal para famosos rehabilitados y expertos enharinados en otros concursos de telerrealidad que conocieron la fama súbita y desproporcionada y fueron olvidados tras ser exprimidos. Se requieren pericia y conocimiento para el manejo de las sustancias. El premio será el ingreso en una clínica de rehabilitación de lujo con los gastos pagados. Y el habitual tour por discotecas chungas. No te pases de la raya.


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