Restaurante Ca l'Esteve // Castellbisbal
Ca L’Esteve
Carretera Martorell-Terrassa km 4,7. Castellbisbal.
T: 93.775.56.90.
Precio medio (sin vino): 30-35 €.
Paella Hat-trick
Ca l’Esteve podría ser
un falansterio, aquella comunidad socialista, utópica y autosuficiente del
siglo XIX. Un falansterio gastro, por supuesto, con huertos, viñas y granja. Hablar
aquí de Km 0 es ridículo. Todo está a diez metros.
La familia Esteve, al
frente de la colonia desde principios del siglo XX, habita las viviendas en
torno al restaurante, incluso dentro de él, como es el caso del cocinero, Xesco
Bueno, casado con una Esteve, Maria.
El patriarca, Esteve Esteve, se encarga de
que lo vegetal crezca, y brille. Esteve Esteve hijo (y hay un Esteve Esteve
nieto, como en las sagas norteamericanas) sabe de vinos, los cuida, los
elabora, los sirve. Disponen, incluso, de bodega y planta embotelladora.
Esto
va de familias: de hijos, de nietos, de sobrinos. Así, Esteve etiqueta según
nacimientos: 9Nat, 8+1 o 9 Xiquets. Probamos un blanco, un xarel.lo con solo
1.000 botellas, y el tinto 9Nat y en ambos el territorio bajó por la garganta.
El
último trago fue excepcional: una mistela de la que solo hicieron 50 botellas.
Les queda, ¿una, dos, tres? Saber que es un placer limitado multiplica el goce.
Xesco y Esteve hacen
buen tándem. Esteve, culé a muerte, padre de Johan Esteve, sabe tratar a la
gente: “La confianza es un partido ganado. Y nuestros clientes confían”. Xesco
asiente porque vibra con la tierra: “¿Qué cocino? Lo que responde a la
pregunta: ‘Hoy, ¿qué hay en el huerto?”.
La ensalada de habitas con jamón y
menta fresca o los caracoles a la brasa con bitxo
y romero. Incluso la butifarra se la proporciona un familiar, un tío, con
granja en las inmediaciones.
La madre, Maria, sigue en activo: los canelones de
rustido salen de sus manos. Autora también de un plato atemporal, que una vez
fue moderno y, hoy, chocante en una masía: el tartar con dos salmones, que
prepara Xesco, así como las croquetas XXL, croquetones de antología.
Profesor, estudioso y coleccionista
y custodio de libros gastronómicos, Xesco es especialista en arroces.
Ensaya
estos días una multipaella a la que le han puesto por nombre Hat-trick porque
está dividida en tres partes. “De momento, solo tenemos una. Hemos encargado
más a un herrero”. Pues que el herrero espabile porque será plato estrella:
tiene alma de crack.
Saben que hay precedentes: he encontrado utillaje similar
en Ca n’Ignasi (Inca) y Cala Fornells (Salamanca), además de una empresa,
Ferrovicmar, que las vende.
El trío sale de
maravilla: costilla, alcachofa y pimiento; pato y ajos tiernos; pulpo y almejas (subida de sal y con la
almeja demasiado hecha).
El punto del arroz está perfecto.
El 3x1 es una trampa
para adictos.
Sorpresa también con
los postres, de Montse Esteve: buenísimos el brazo de crema y la tarta de
queso. ¡Que los venda a la puerta!
Hay que pedir, hasta
quedar afónicos, complementar la comida con dos visitas: a los campos, la viña
y la bodega con Esteve y a la colección de incunables con Xesco. Después de
alimentar el estómago, airear la mente, estudiar el pasado, saber que hace más
de un siglo alguien paró aquí, por primera vez, para comer y beber.
Atención: al entorno, al paisaje, a los campos.
Recomendable para: los que quieran cocina de proximidad.
Que huyan: los que necesiten respirar tubo de escape.
Aquesta crònica de la paella hat-trick. Molt Bona!
ResponderEliminarAquest lloc ens cau a prop i ens agrada molt; fa una vida que anem. L'Esteve ens tracta com si fossim a casa, però amb el valor diferencial de la seva cuina.
Transmet energia i aura positiva. S'agraeix. #MoltRecomanable.
Moltes gràcies! Gent propera, cuina propera.
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