Arroces salados
Soy fiel al arroz desde la infancia y mantengo esa lealtad incluso cuando alcanza la bajeza.
Si veo en una carta o en un menú un plato del cereal, lo pido, arriesgándome al acostumbrado maltrato: sabor confuso, granos duros o pastosos, lejos del punto óptimo.
Incluso en lugares en los que sé con seguridad que escasea el virtuosismo, me escucho diciendo, idiota e inconsciente: «¡Arroz!».
Cuando era pequeño, en Vila-real, reverenciaba la Navidad porque me permitía comer dos días seguidos paella con pilotes, especialidad sacramental reservada a esas fechas. Ojalá, entonces, hubiera podido seguir la dieta una semana.
Ser arrozadicto tiene consecuencias: acumulo más sal que el Mediterráneo. Mi debilidad son los secos, que guardan trampas.
Los cocineros quieren que sean tan sabrosos que se exceden: concentran los caldos de forma innecesaria. Confunden sabor con contundencia.
Comienzas con placer y a medida que avanza la degustación, la boca se va transformando en una salina. Como si fueras un dromedario al llegar al oasis, la digestión requerirá litros de agua.
El mejor arroz es el que consigue el equilibro.
ARROZADICTOS! Absoluta y radicalmente de acuerdo, grano al "dentecrudo" (garantizadas 5h de digestión) o empastrado, o se acaba de "cocer" el grano en nuestro sufrido estomago o bien en una argamasa difícil de digerir, exceso de sal y/o glutamato monosódico para potenciar hasta el infinito los "sabores", desfigurando a nuestro humilde modo de ver, el equilibrio y asegurando el síndrome dromedario. Confundiendo contundencia con sabor. Sabores confusos, difícil distinguir el sabor incluso con diferentes paellas en la mesa, difícil diferenciar el restaurante por parecer los mismos sabores,... Aun así, como cualquier adicto, no podemos de dejar de sentir la llamada de la gramínea en nuestros instintos más básicos, de deseo, más íntimos y descontrolados,..... sí, hemos de reconocer que hemos perdido el control. Que el arroz nos domina, él ha ganado la batalla, hay que reconocerlo. Es el primer paso a la curación. Llevamos 6 años luchando contra esta adicción, con la grata sorpresa de ser entendidos por nuestros comensales, en nuestra humilde búsqueda de los equilibrios en los sabores que permitan disfrutar de la experiencia de reconocer el sabor del grano, del fumet o fondo, de su guarnición, de su sofrito.... No es porque llevemos a nuestras espaldas algún que otro ciento de miles de raciones de arroces, fundamentalmente los secos son nuestra debilidad, o porque estemos en un lugar un poco alejado de las rutas arroceras o gastronómicas habituales, tampoco por cocinar los arroces en vivo en nuestros 30 fogones frente al comensal, ni por entender el arroz como nuestra forma de vida. Lo cierto es que lo intentamos, Pero no logramos desengancharnos, todo lo contrario, no nos podemos parar, y cada vez nos atrapa más, más y más... estaremos encantados de poder hablar de arroz y de nuestra adicción contigo, en nuestra casa, como si de una terapia se tratara, porque a veces, como cualquier adicto, nos sentimos incomprendidos y sólo es con otros adictos que encontramos la cura a esta locura. Y todo esto Pau, mientras nos cocinan los arroces frente a nosotros, delante, en directo, en la partida de paellas quizá más grande y artesanal que se haya conocido mientras empieza el espectáculo. Pau, no se puede ser arrozadicto si no has pasado por estas mesas, para nosotros será un lujo compartir terapia contigo, un sueño hecho realidad, estaremos encantados de invitarte a nuestra experiencia. En www.casinet.net (playa de Sant Salvador El Vendrell- Tarragona) obligada visita de ARROZADICTOS.
ResponderEliminarSergi Escolà
casinet@live.com
Chef-propietari
Casinet
Paella & Gastronomic Experience
Platja de Sant Salvador EL Vendrell
Habrá que probar...
ResponderEliminarAquí, estaremos Pau, mejor reservar, gracias por tu atención, un saludo....
EliminarNota:seguimos enganchados...:)