Croquetas marianistas de bacalao

Devueltos a la posguerra gastronómica, recupero la receta de croquetas de bacalao (abaejo en Vila-real y otros lugares seminales al sur del Ebre) de mi abuela Carmen, que en el imaginario familiar era una cocinera de recetario reducido, probablemente porque fue superada en seguida en imaginación y destreza por su hija, o sea, mi madre.

Es el bacalao el epítome del derroche de los tiempos pre Bankia. Fuimos tan magnánimos que convertirmos una comida de relleno, un entretenimiento, un disimulo en una expresión del lujo. ¿Morro del mejor bacalao para crespells evanescentes? ¡Si la croqueta es una concentración de indefiniciones!

Volvemos a la racionalidad, precursora del racionamiento, y a la masa farandulera, económica y morosa, marianista (a lo Rajoy).

Bacalao desmigado, patatas hervidas, piñones (ay, que se dispara el precio), perejil, yemas y claras para rebozar.

Con esta munición pesada soportaremos el asedio de los mercados.