Acoso telefónico

                                   
                                          Pero ¿qué era esto?

SUICIDIO. Lo que se ha publicado sobre Froilán y el tiro al pie, a falta de plato, es falso. La verdad ha sido ocultada para proteger a los cinco dedos, delicados y susceptibles. Lo que los servicios secretos disimulan es que el pie intentó suicidarse. Eso es lo auténtico. El piececillo pretendió quitarse la vida a escopetazos. La pobre extremidad, abochornada, dolida, deprimida, nunca superó el trauma de haber pateado a una niña el día de la boda de Letizia. Sin poder aguantar más la culpa, intentó el frustrado pieicidio.

LATA. Prohíben las sardinas en lata por organizar orgías y, durante el frenesí, dar golpes incontenibles a la tapa. La policía ha intervenido tras la denuncia de otras comunidades enlatadas, vecinas de alacena, como la de los mejillones en escabeche, enrojecidos de vergüenza por el ardor sardinero. Detenidas con un alijo de omega 3, las sardinas han declarado: “Es que hasta la fecha de caducidad, allá por el 2015, no sabemos qué hacer. La lata es una lata. Y, aquí, tan apretaditas, el roce, el aceite...”.

HOSTIGAR. El cambio de compañía de móvil está siendo una electrocución. He recibido siete llamadas, he expresado mi disgusto con cada una de ellas, les he contado que me largo porque me entregaron un terminal defectuoso, lo intenté cambiar y me ignoraron, he esperado 18 meses para deshacerme de ese plomo. Se hacen los sordos. La última marrullería es que interrumpen con un número corriente, del montón, camuflándose entre los particulares. La estrategia sería ignorarlos, pero ¿y si intenta localizarte alguien que es merecedor de la atención? He amenazado con la Guardia Civil y parece que no les impresiona. La siguiente vez, el asaltante es otro; mi respuesta, la misma. He cargado la batería por si planean acecharme todos los empleados. Creo que son miles. Esta noche haré guardia con escopeta. Me siento el protagonista de una tragedia zombi.

SOBRENATURAL. La presidente Cristina Fernández de Kirchner se incautó de YPF delante de un retrato de Eva Perón en una ceremonia que también parecía reclamar el traspaso de poderes espirituales. Argentina, una cierta Argentina peronista, se comprende leyendo los libros de Tomás Eloy Martínez, Santa Evita y La novela de Perón. Los cadáveres transitan por sus páginas en una milagrería política. Hare Kirchner, Cristina hare hare, tal vez deba su cáncer inexistente, aquel que fue y no fue, a la mediación de Santa Evita. Con este tipo de personajes entre lo sobrenatural y lo multimillonario siempre hay que desconfiar. Durante años, La Casa Rosada tuvo en nómina a un ocultista, guía en lo fantasmal de Isabelita Perón, la siguiente mujer del general, icono menor y también presidenta.

ENTRAÑA. El dilema de YPF es: entraña o chorizo. Y más cuando el yacimiento se llama, de forma premonitoria, o preventiva, Vaca Muerta. Hay patriotismo por la parte argentina e indiferencia entre los ciudadanos españoles. Cada vez que alguien reposta gasolina piensa: “¿Por qué tengo que preocuparme por ellos?”.

ACOSO. Durante la escritura del artículo he recibido ¡tres llamadas más! He preguntado cuántos son y me han dicho: “En este edificio, 5.000”. Venid, venid.